Disclaimer: este texto vuelve a ser para realizar una prueba en cuanto al rendimiento e indexación de imágenes por Google. En ninguna circustancia se trata de una reflexión personal.
Las imágenes codificadas en Base64 suelen generar problemas de rendimiento y de indexación en motores de búsqueda.
Desde el punto de vista técnico, incrustar imágenes en Base64 dentro del HTML o CSS aumenta significativamente el tamaño del archivo, lo que ralentiza la carga de la página. De hecho, según datos de Google PageSpeed Insights y pruebas de Web.dev, un archivo HTML que incluye imágenes en Base64 puede crecer hasta un 30-40% más que usando imágenes externas en formatos comprimidos (como WebP o JPEG). Esto impacta negativamente en métricas como el Largest Contentful Paint (LCP), cruciales para SEO.
En cuanto a la indexación, los buscadores como Google priorizan imágenes accesibles mediante URLs directas porque pueden ser rastreadas, almacenadas en caché y mostradas en Google Imágenes. Las imágenes en Base64, al no contar con una URL propia ni atributos como alt
, tienen menor probabilidad de ser indexadas y de generar tráfico orgánico. Además, dificultan la reutilización en CDNs y la optimización responsiva.
En síntesis: aunque el Base64 puede ser útil en casos puntuales (pequeños íconos embebidos, reducción de requests HTTP en contextos muy específicos), su uso extensivo compromete tanto el rendimiento web como la visibilidad en buscadores, reduciendo la posibilidad de posicionar imágenes de manera efectiva.